jueves, 4 de marzo de 2010
El Duque Negro
Título: El Duque Negro
Autor: J. Ortíz (del 1 al 10) y Manuel Gago (del 11 al 42)
Guión: P. Quesada
Editorial: Editorial Maga - 1957
Páginas: Unas 10, doce si están personalizados por "Hasieran".
Cuadernillos: 42 cuadernillos
Protagonista: Raimundo de Santa Fe, el Duque Negro (Asturiano)
Época: Hacia el año 800
Personajes históricos: Alfonso II el Casto (759-842), rey de Asturias (791-842) y Carlomagno (742-814), rey de los Francos (768-814).
Breve Sinopsis: Raimundo duque de Santa Fe, ha sido criado por su tío el Rey en la creencia de que es huérfano, estando su padre enterrado en vida en la mazmorra de un solitario torreón por orden del mismo rey. Raimundo tras una serie de aventuras en la que conoceremos a Zulema, descubre la verdad, enamorándose de la hija del carcelero de su progenitor. Raimundo libera a su padre que es pronto asesinado por orden del Rey, debatiéndose, desde este momento, nuestro héroe entre el deseo de venganza y la lealtad a la figura del Rey. Accidentalmente mata al padre de su amada Laura. A medida que avanza la colección, las desgracias se acumulan sobre Raimundo, calumniado por su amada, traicionado por su rey y por si fuera poco contrae la lepra. Todo ello aderezado con enfrentamientos con wikingos. Temibles forajidos y piratas: Los Normandos, que procedían de los actuales países escandinavos. Eran grandes degolladores y violentos incendiarios. Las gentes de nuestros litorales y riberas fluviales reconocían con facilidad sus barcos, porque solían tener altas proas y popas. Las primeras iban decoradas con cabezas de dragón (drakkars) y de serpientes (snekkars). Estos piratas, que solían llamarse asimismo "wikingos", se hacían anunciar con caracolas. Esas inconfundibles bocinas llenaban de ecos las riberas marítimas y fluviales, empujando a las aterrorizadas gentes hacia el interior. También intervendrán, en sus aventuras, los mongoles, en suma: abordajes, peleas contra el moro, desafíos en torneos, nobles traicioneros, etc. Finalmente el premio a tanta desventura viene del cielo: el espectro del padre de Laura se aparece a ésta bendiciendo sus esponsales con Raimundo, ahora curado de la lepra gracias a un milagro que acontece al culminar su peregrinación por Tierra Santa.
Sobre los propios autores y el guionista:
José Ortíz y El Duque Negro José Ortíz no cambia en El Duque Negro su estilo, ese estilo deudor de lo que se ha denominado escuela Valenciana, pero lo mejora ostensiblemente, mostrando un gran dominio de la puesta en escena e incorporando al ambiente una iluminación especial de la que carecían otras obras suyas, a lo que debemos añadir un excelente pulso narrativo que en ningún momento se pierde. Si bien no puede decirse con propiedad que los diez números dibujados por Ortíz, sean una obra maestra, las imágenes que destilan son lo suficientemente atractivas y poderosas como para que retengan toda nuestra atención. Ya habíamos disfrutado antes con lo que José Ortíz podía ofrecernos, es uno de los artistas más conocidos y admirados de nuestro tiempo, tanto en España como internacionalmente. El conjunto de su obra avala la figura de este autor que ha sabido crear un estilo propio e inconfundible.
Manuel Gago y El Duque Negro En la monumental obra de Gago encontramos series afortunadas y otras de corte más irregular, aún así, unas más que interesantes series de lectura muy recomendable. Son unos tebeos próximos a nosotros pero con peculiaridades diferenciadora del tebeo actual. Gago fue un autor que conocía perfectamente los entresijos del mundillo del tebeo. El dibujo de Gago en El Duque Negro es simple y directo, y sus dibujos pueden parecer bocetos en algunas ocasiones. Y aún así, su dibujo es sumamente narrativo, vigoroso y dotado de una destacada sensación de movimiento. En resumen un dibujo vivo y enormemente ágil. Indudablemente, Manuel Gago merece figurar entre los mejores historietistas españoles de todos los tiempos. La afirmación no está solo basada en el placer que muchos encontramos en nuestra adolescencia en los tebeos de Gago. Con su manera de crear personajes vivaces y vitales, nos proporcionó un mundo de fantasía que hizo se nos olvidaran las precarias condiciones en que nos movíamos. Sumele a todo esto acción rápida, agilidad descriptiva y narrativa y conden-sación en los acontecimientos. Todos lo hemos disfrutado, todos los pertenecientes a esa generación que aprendió a leer con sus tebeos, embebidos en las imágenes de sus mágicas páginas. Ya desde sus primeros trabajos, Manuel Gago se destacó como uno de los autores más interesantes de aquel colectivo de autores que surgieron en nuestra posguerra, con un estilo marcadamente personal.
El Guionista: Pedro Quesada Pedro Quesada nos ofrece de nuevo un personaje trágico y atormentado en un apasionante relato, en el que mezcla con su pericia característica el detalle histórico y los tópicos más desquiciados de la narrativa decimonónica para construir un cóctel de acción de ritmo vertiginoso. El Duque Negro es una serie que muestra a un autor maduro y en pleno dominio de sus facultades narrativas; uno de los mejores logros de un guionista apasionante. El nombre de Pedro Quesada está asociado a nuestros tebeos de toda la vida, a ese arte que es la historieta y que en nuestro país no se asocia a la cultura, siendo como es una de las manifestaciones plástica y narrativas más importantes del siglo veinte. Fueron tantas y tanta historias… y lo que era mucho más importante, de muy diversas temáticas.
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