jueves, 28 de enero de 2010
Simba-Kan
Editorial Marco, año 1959
Dibuja Martínez Osote
Guion J.B.Artés
60 números formato cláico cuadernillo 17x24
1 Almanaque de 1962
Hablar de Juan Martínez Osete es hablar de uno de los dibujantes más prolíficos del tebeo clásico español. Él fue el responsable de la mayor parte de los cuadernos de los que se compuso una recordada colección de aventuras ambientadas en la época del Imperio Romano: “Simba-Kan”.
Publicada por la editorial Marco y con depósito legal de 1959, aunque se publicó a partir de 1960, Simba-Kan constó de 60 números y un almanaque (para 1962). Los primeros cuarenta números estuvieron dibujados por Osete, y el resto, aparentemente, por A. Pérez (probablemente Antonio Pérez Barrera). En cuanto a los guiones, consta la firma de J. Berenguer Artés, aunque también se ha mencionado a Carles Narcís Bech y al propio Osete, que en ocasiones aporta su nombre en las portadas como dibujante y guionista de la serie.
Osete llevó a cabo aquí uno de sus mejores trabajos, más detallado y pausado de lo que sería habitual durante su posterior estancia en Editorial Bruguera, donde trabajó consecutiva e incansablemente en el Capitán Trueno Extra, el Jabato Extra, el cuadernillo del Capitán Trueno, etc. En cuanto a Pérez, su estilo intenta imitar al de Osete, establecido como canon para la serie, pero resulta de inferior calidad.
Simba Kan se publicó dentro de la colección “Cheyene”, en la que Marco editó diversas series, como “Alerta” y otras. Cuenta la historia del hijo de un pretor romano establecido en África, que es secuestrado por sus enemigos y abandonado entre leones para ser devorado por ellos. Pero, muy al contrario, el infante es protegido por los animales y crece entre los demás cachorros, convirtiéndose en Simba-Kan. El hilo de la acción se complicará, y el lector contemplará la lucha del héroe, seguido por sus leones, que le obedecen ciegamente, contra la invasión romana. El elemento dramático consistirá principalmente en el enfrentamiento entre Simba-Kan y su hermano romano, que se prolongará durante mucho tiempo, y la búsqueda de sus padres del hijo perdido.
La serie apareció semanalmente, y siguió el habitual formato apaisado de 17 por 24 cm, con un precio de 1,50 pesetas. Cada número tenía portada a color, y 11 páginas en blanco y negro (aunque también se usó el azul en alguna ocasión). La portada estaba formada por viñetas, de modo que pertenecía a la propia historieta (totalizando ésta pues, casi siempre, 11 páginas en cada número). La contraportada estaba dedicada a curiosidades.
Manel Montes
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